viernes, 19 de abril de 2019

Entrevista en la revista #BlueEyeBCN "Los robots han llegado para quedarse" #RobotsDeCine

Os dejo a continuación la entrevista que me realizó Guillem Medina en el número 33 de la revista BLUE EYE BCN (podéis leer toda la revista de forma gratuita aquí) y el resto de la colección de la revista aquí.

Podéis descargar la entrevista completa en pdf aquí o leerla a continuación, os dejo las hojas de la revista y a continuación el texto de la entrevista.










Entrevista a Jordi Ojeda 
«Los robots han llegado para quedarse y será habitual encontrarnos o hablar con ellos de forma cotidiana»

- En tu último libro, “Robots de cine. De María a Alita”, publicado por Diábolo Ediciones, haces un repaso de los diferentes tipos de robots aparecidos en el cine. ¿De dónde te viene esta afición?

A mitad de los años noventa, justo poco después de acabar mis estudios en la universidad, me molestaba mucho ver cómo la tecnología sólo aparecía en los medios de comunicación siempre con una connotación negativa, con titulares del tipo «se ha estrellado un avión porque ha fallado un sensor» (y no porque alguien de mantenimiento no haya hecho bien su trabajo o porque el piloto no haya hecho caso del indicador, por ejemplo); también hay que recordar el miedo al conocido como «efecto 2000», que vaticinaba que el primer día del año 2000 todo dejaría de funcionar, y noticias por el estilo, con una falta de rigor espeluznante. 

Además, los ingenieros que aparecían en la ficción como personajes secundarios (pocas veces eran protagonistas) eran muy estereotipados, llenos de prejuicios, lejanos a la realidad. Buenos o malvados, normalmente eran representados bien como chicos asociales, solitarios, con un aspecto extraño, o bien como adultos locos y torpes que querían hacer el mal empleando sus conocimientos científicos, por ejemplo. No solo no me sentía identificado con esos perfiles, sino que pensaba que podría perjudicar a que los jóvenes escogieran ese tipo de profesión con tan poco glamour.

Desde muy pequeño he sido un gran lector de cómics y novelas y aficionado al cine, así que me pareció que utilizar la ficción con un discurso positivo podía ser un perfecto instrumento pedagógico para explicar de forma atractiva la ciencia y la técnica, tanto para incentivar su divulgación en la sociedad en general como para fomentar vocaciones científicas y tecnológicas en los jóvenes, además de potenciar la cultura en general, y el hábito de la lectura en particular.

En mayo de 2011 me encargaron realizar un proyecto de divulgación de los robots en la ficción que se acabó convirtiendo en la exposición más grande que se había realizado hasta el momento en Europa de esa magnitud, con una muestra impresionante de robots industriales, científicos, de ocio y de ficción nunca vista hasta entonces. Desde ese instante no he parado de trabajar en este tema, y el libro «Robots de Cine» es la culminación de ocho años de trabajo de investigación, después de realizar varias exposiciones y numerosos artículos y conferencias sobre el tema. 

Pienso que, justo ahora, es el momento adecuado para este tipo de ensayo, por la eclosión que espero habrá en los próximos años con los robots y la inteligencia artificial tanto en la sociedad como, evidentemente, en la ficción, donde ya ni siquiera es necesario que se trate de una obra de ciencia ficción para que aparezca algún tipo de robot en la trama.

- ¿Recuerdas cuál fue el primer robot que viste en el cine o televisión o al menos el primero que te impresionó?

Soy el tercero de cuatro hermanos, pero podríamos decir que nos criamos de dos en dos: tengo un hermano trece años mayor y otro ocho años mayor que yo, los dos intelectualmente muy activos. Eso hizo que mi hermana pequeña y yo creciéramos rodeados de música, cómics, revistas y libros de todo tipo, no especialmente dirigidos a niños pequeños. Nos llevaron al cine o a exposiciones con ellos desde siempre, viendo todo tipo de películas, de todos los géneros.

Relacionado con la robótica, recuerdo perfectamente el impacto que me ocasionó leer todos los cómics de la colección completa de Mytek El poderoso, publicado por Ediciones Vértice a finales de los sesenta, un robot gigante con forma de gorila pilotado desde su cabina en la cabeza pero dotado también de un cerebro positrónico. Unas aventuras fascinantes y épicas que releí miles de veces a partir de los cuatro años.

Otro personaje de los setenta que me impresionó muchísimo fue la Visión, en los cómics de Los Vengadores en el universo de Marvel. Especialmente me impresionó por su nobleza, siempre me pareció el más humano de todos, y lloré cuando lo vi en el cine por primera vez en la película Vengadores: La era de Ultrón (2015), aunque no respetasen la historia original del cómic, lo estaba viendo en la pantalla grande cuarenta años después.

De pequeño también descubrí al escritor Isaac Asimov, no solo como escritor de ciencia ficción, sino también como divulgador científico. Leí todo lo que pude de él, de hecho me iba de “caza” por las bibliotecas de Barcelona buscando libros suyos de todo tipo. Me fascinaron en especial sus relatos y libros sobre robots, y durante años quise ser bioquímico como él.

Con apenas once años recién cumplidos fuimos juntos al cine los tres hermanos menores a ver La guerra de las Galaxias (1977), y el impacto emocional que me supuso me dura hasta ahora. Al salir del cine yo quería saber construir todos los artefactos que salían en la película, especialmente todo los relacionados con los robots.

-       ¿Crees que en el fondo el cine ha hecho más daño en la imaginación al mostrar una ciencia ficción que, a día de hoy, todavía estamos muy lejos de conseguir?

Las obras de ciencia ficción nos ayudan a reflexionar sobre diferentes escenarios posibles, contribuyendo a la reflexión desde un punto de vista sociológico, preparándonos para situaciones que pueden ser verosímiles en un futuro próximo. Los avances en los efectos digitales en el cine han mostrado en muchas ocasiones una tecnología que no existe aún y que puede frustrar a los que esperan encontrarse con algo similar en el mundo real. Nuestro trabajo de divulgación cobra más sentido, y debemos explicar exactamente dónde estamos y hacía dónde nos dirigimos o, al menos, hacia dónde no nos debemos dirigir.

- En general ¿crees que el público desea que llegue una generación de robots humanoides como habían imaginado o en el fondo le tienen miedo?

Es evidente que las nuevas generaciones están mejor preparadas y predispuestas para interactuar con robots e inteligencias artificiales sin ningún problema. Yo he visto a mis hijos cuando eran pequeños abrazarse a robots sin ningún tipo de peligro, cuando si yo hubiera hecho algo parecido a esa misma edad, aquellos robots seguramente me hubieran matado.

La contribución de los medios de comunicación generalistas es muy importante para divulgar la ciencia y la tecnología de forma pedagógica, sin necesidad de alarmar, manipular ni mentir, separando claramente la ficción de la realidad, con un discurso cercano a la población y comprometido con el progreso de la humanidad. Los robots han llegado para quedarse y será habitual encontrarnos o hablar con ellos de forma cotidiana. De hecho ya lo hacemos cuando llamamos a una centralita y estamos apretando botones y dando nuestros datos a una máquina, y no pasa nada.

- El titular “Los robots llevarán al paro a millones de personas”, además de ser un tanto pesimista, es fraudulento, porque no ha sido solo la aparición de robots lo que ha llevado al paro a las personas. Pero, considero que sí pueden substituir en según qué tareas al humano. ¿Por qué motivo los gobiernos o empresas privadas no invierten mayores cantidades de dinero?

Es verdad que los titulares proféticos más pesimistas de los medios de comunicación generalistas auguran cientos de miles de pérdidas de lugares de trabajo en los próximos años, y también es verdad que pasará de manera acelerada y con el peligro de que pueda provocar grandes desigualdades en la población. Lo que no es cierto es que sea debido exclusivamente a los robots.

La velocidad con la que se está produciendo esta cuarta revolución industrial requiere un nuevo paradigma que contribuya a adaptarse también rápidamente a esos cambios y que configure un nuevo modelo de sociedad. Paradójicamente, en la última década en nuestro país, en plena crisis económica nacional e internacional, hemos tenido una proliferación de procesos electorales que, además de mostrar el fracaso de las propias organizaciones políticas (que han sido los únicos beneficiados de dichas convocatorias al no cumplir con la duración de los mandatos), no han sabido reflexionar ni proponer ninguna solución relacionada con los verdaderos problemas socioeconómicos que se nos avecinan. El impacto de la Industria 4.0 es inexorable y tenemos que estar alerta y asegurar que el cambio se realice en igualdad, libertad y respeto para todas las personas.

Los intereses económicos de las grandes corporaciones (industria y sector financiero), ven con preocupación estos cambios y alarman frecuentemente con la intención loable de proteger sus intereses, mientras el liderazgo político está falto de ideas, alejado muchas veces del mundo científico y, casi siempre, defendiendo unos intereses encubiertos partidistas. De ahí el poco interés en favorecer este debate y el de potenciar políticas que nos prepare para asimilar de forma sosegada los nuevos avances científicos y tecnológicos.

- ¿En qué país está más desarrollada la industria robótica?

En la actualidad, en valor absoluto y porcentualmente, Japón es el país del mundo donde más robots se fabrican y utilizan. También, el país con el porcentaje de paro más pequeño del mundo. El origen de este hito comienza a finales de los años sesenta, pero sobre todo durante la década de los setenta, cuando su uso en el sector de la automoción estalló. Pero si lo hizo fue gracias y a consecuencia de la situación de la sociedad del país: por un lado, un país culto y cualificado, con una gran vocación de servicio y de adaptación a las necesidades, y por otra parte, con unos recursos limitados que exigía a las empresas ser competitivas, aumentando la flexibilidad y reduciendo los costes operativos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de Japón impulsó durante años la creación de industrias mediante créditos con intereses muy bajos y exenciones fiscales. La necesidad posterior de aumentar la productividad de las empresas, especialmente en el sector de la automoción, encontró en los robots la solución idónea.

Empresas como Honda, Nissan, Mitsubishi, Suzuki o Toyota tuvieron un gran impulso, que a su vez contribuyó a desarrollar una potente industria robótica. La expansión de los robots a otros sectores industriales, con ejemplos de empresas como Panasonic, Sharp o Sony, entre otros, han convertido a Japón en un verdadero país de los robots.

- Los japoneses son más propensos a crear robots con un aspecto humano, ¿esto genera más desconfianza que un robot con apariencia metálica?

La apuesta por el aspecto humano tiene que ver con el popular trabajo del científico japonés Masahiro Mori, a partir de la publicación en la revista Energy del artículo «El valle inquietante» (The Uncanny Valley, en japonés Bukimi No Tani, en 1970), donde realizaba la siguiente hipótesis: «Cuando la apariencia de un robot es más humana, la respuesta emocional de un observador humano al robot se irá haciendo cada vez más positiva y empática, hasta cruzar un punto a partir del cual la respuesta se vuelve repulsiva; pero, cuando la apariencia del robot es cada vez más parecida a la de un humano, la respuesta emocional se vuelve positiva una vez más y se va aproximando a niveles de empatía como los que se dan entre humanos».

A esta respuesta repulsiva entre un robot con apariencia y comportamiento casi humanos y una entidad aparentemente humana, Mori la denominó «valle inquietante». Por eso los científicos intentan que claramente no haya duda de que es un robot o de que es un humano, aunque no lo sea. 

Para los que no estamos muy puestos en el tema ¿qué diferencias hay entre autómatas, robots, los androides, los cíborgs…?

Bueno, de forma muy escueta: un «autómata» es una máquina dotada de mecanismos y cuerdas que permite que repita uno o varios movimientos, de ahí que los primeros constructores a mediados del siglo XVIII fueran relojeros. En la película La invención de Hugo (2011), dirigida por Martin Scorsese, pudimos ver perfectamente cómo funcionaba un autómata.

En cambio, un «robot» es un artefacto más complejo, en el que es posible programar una serie de acciones o, incluso, dotarlo de autonomía para que tome decisiones, más o menos complejas. En la cultura popular diríamos que R2-D2 o Wall-e son robots. Si el robot tiene aspecto humano, con cabeza, tronco y extremidades, decimos que se trata de un «robot humanoide», como C-3PO, por ejemplo.

Si el robot humanoide tiene piel sintética y no distinguimos si es una persona o no, hablamos de un «androide», que, para ser correcto, debería significar que es un robot con apariencia de un hombre (por el origen etimológico de –andro), como por ejemplo Terminator cuando está interpretado por Arnold Schwarzenegger. Si tiene aspecto femenino, como la protagonista de la película Ex Machina (2015), deberíamos llamarla una «ginoide», aunque actualmente no aparezca en el diccionario de la RAE.

Si una persona tiene aumentada sus capacidades sensoriales o locomotrices gracias a la inserción en su cuerpo de tecnología, estamos hablando de un «cíborg», palabra compuesta proveniente de la expresión en inglés: «organismo cibernético». Darth Vader, Luke Skywalker, RoboCop o Alita son cíborgs icónicos en el cine.

Si la tecnología no es invasiva en el cuerpo humano, sino un añadido, estamos hablando de «exoesqueletos» o, incluso, de «armaduras». Basta recordar a la teniente Ripley en Aliens: El regreso (1986), embutida en un exoesqueleto de mantenimiento, luchando contra la reina Alien. O uno de los ingenieros más conocidos de la ficción, Tony Stark, en el papel de Iron Man en el universo Marvel.

- Hace unos años apareció un libro creo en el que se desmontaban de forma científica y realista muchos de los argumentos de las películas de ciencia-ficción, yo creo que por eso la gente desconfía tanto de los «unicornios» que presenta el cómic, la literatura o el cine ¿Eres de los que cuando van al cine analizan el grado de verosimilitud de lo que te están mostrando?

No tengo ningún problema en reconocer que realizo perfectamente lo que se conoce como «suspensión de la incredulidad”, un término acuñado a principios del siglo XIX y que hace referencia a la voluntad de suspender tu espíritu crítico para disfrutar de la obra en su conjunto, pasando por alto si es verosímil o no aquello que te están relatando, y disfrutando de la obra de ficción que estés leyendo, escuchando o viendo, sin ningún problema.

De los diferentes libros publicados sobre el tema de la ciencia en la ciencia ficción, hay uno que me gusta especialmente, el realizado por el Dr. James Kakalios con el título La física de los superhéroes (2005). En el libro, el Dr. Kakalios propone aceptar en las obras de ficción lo que él define como «una excepción milagrosa»: por ejemplo, una araña radioactiva que con su picadura te convierte en Spiderman, una explosión de rayos gamma que te convierte en Hulk, etc. Ahora bien, una vez aceptada esa excepción, el resto de la historia debería cumplir con las leyes de la física. Así que sí, reconozco que, a pesar de que disfruto viendo una película de ciencia ficción, una vez acabada lamento los errores científicos incompresibles, como las explosiones (sonido y fuego) en el espacio, por ejemplo.

- Recomiéndame tres películas que te hayan gustado relacionadas con el mundo de los robots y por qué.

Te voy a recomendar tres parejas de películas. Un amigo para Frank (2012) y Robo-G (2012), las dos con una aproximación a la tercera edad desde dos perspectivas muy diferentes y muy interesantes. En la primera, los hijos de Frank, un enfermo de alzhéimer, deciden comprarle un robot doméstico y enfermero que cuide en todo momento de él. La reflexión que se realiza sobre la importancia de la memoria y la concepción de la propia identidad nos llevará a pensar sobre qué es ser humano. En la segunda película, vemos como un actor jubilado se disfraza de robot para salvar a unos torpes científicos en un concurso académico, pero su vida como robot parece más interesante que la suya propia. ¿A quién queréis más, a este famoso robot o a vuestro abuelo? La respuesta os puede hacer tambalear. 

La segunda pareja de películas sería Her (2013) y Blade Runner 2049 (2017), las dos muy recomendables por muchos motivos, pero en este caso destaco la posibilidad de tener una relación sentimental con una inteligencia artificial, un sistema operativo en el caso de Her, o una realidad aumentada con forma femenina en el caso de Blade Runner 2049. Y es que el amor es mucho más complejo de lo que pensamos.

La tercera pareja de películas son El hombre bicentenario (1999) y Chappie (2015), las dos están entre las mejores películas de robots de todos los tiempos, pero os las recomiendo especialmente por la propuesta que nos plantean sobre qué sucede cuando el robot es capaz de aprender de su entorno y tener iniciativa propia.

- Tienes un blog con el nombre de “Comic ciencia tecnología” ¿Qué acostumbras a exponer allí? ¿Cómo es el feedback con tus seguidores”?

El blog tiene una función de espacio contenedor de forma cronológica de todas las actividades que organizo o que participo, que son unas cuantas a lo largo del año. Piensa que entre 1998 y 2017 he comisariado veinte exposiciones que se han instalado en cuarenta y ocho ocasiones, de numerosas ciudades entre España, Andorra y Portugal. También he ayudado a organizar decenas de exposiciones, he escrito cientos de artículos y realizado más de trescientas entrevistas en los últimos años. Prácticamente todo el trabajo realizado está accesible de forma gratuita en el blog, mediante fotos, textos, audios o vídeos. 

Como no dispongo de recursos de ningún tipo, las actividades las realizo con la ayuda de diferentes administraciones, organizaciones y entidades, como salones de cómic, festivales de cine, editoriales o medios de comunicación. Como acostumbro a repetir varias veces con los que me contratan, entiendo que quedan contentos con el resultado. En las charlas y en las redes sociales recibo habitualmente muestras de felicitación por el trabajo realizado, destacando un estilo característico en la forma de explicar las cosas desde una perspectiva original y entretenida, lo que me animo a continuar en esa línea.

- Hemos realizado la sesión fotográfica en la empresa Pal Robotics ubicada en el barrio de Poblenou de Barcelona, una de las empresas más punteras en este sector a nivel mundial. Y a pesar de todo ¿No tienes una cierta sensación de impaciencia por descubrir hasta donde podrían llegar? 

Pal Robotics han sido muy amables dejándonos realizar las fotografías en sus instalaciones con sus diseños. Pero no solo hoy, desde hace años han participado en todos los eventos de divulgación que he organizado, y han aceptado siempre realizar demostraciones de sus robots de forma altruista, han sido muy generosos siempre a pesar de ser una de las empresas líderes a nivel mundial en el diseño de robots bípedos. Son unos grandes desarrolladores y divulgadores de la robótica social y los resultados que presentan son excepcionales.

Que una empresa de este nivel decida instalarse en Barcelona desde su creación en 2004, y que tres lustros después continúe en ella, es una demostración del potencial de la ciudad desde un punto de vista universitario e industrial, pero, también, cultural y de servicios, para atraer el talento internacional en el ámbito de la robótica y la inteligencia artificial. Sus trabajos sobre robótica humanoide están dirigidos a mejorar el trabajo diario y la calidad de vida de las personas y, aunque la ciencia avanza lentamente, sus pasos son decididos y espero que veamos pronto su aplicación masiva de forma habitual en nuestra sociedad.

- Has sido una de las personas que más ha intentado promover el conocimiento de la robótica a nivel popular, incluso montaste una gran exposición de robots en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona en 2012. ¿Tienes algún otro proyecto relacionado con el tema?

Bueno, en realidad he realizado unas cuantas exposiciones sobre robots, de forma breve te expongo solo los títulos y año de instalación: Robots en su Tinta (2012), La literatura de robots (2012), Robots de cine: de María a Eva (2013), Robots: un viaje de la ficción a la realidad (2013 y 2015), Luces, cámara y... ¡ROBOTS! (2017) y ¿Sueñan los mechas con ovejas eléctricas? (2017), esta última comisariada junto a Oriol Estrada en el XXIII Salón del Manga de Barcelona.

Desde hace dos años estoy trabajando como cocomisario de una gran exposición por encargo del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT) en Alcobendas, que espero se pueda visitar durante un año en sus instalaciones, y que tiene previsto inaugurarse en los próximos meses, no puedo explicar nada más por motivos contractuales.

Si el libro Robots de Cine. De María a Alita (2019) tiene aceptación y críticas positivas, tengo más ideas que me gustaría plasmar también en forma de libro, pero eso, eso será otra historia.

Podéis seguir al autor en las redes sociales con la etiqueta @JordiOjeda
Texto y fotos: Guillem Medina

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