Como es tradicional, uno de los resultados de la celebración de la semana europea de la robótica que se organiza anualmente y que coordina, en este caso, Hisparob, es la publicación de un monográfico. Este año, el monográfico lleva el título genérico de "Robótica y currículum", y cuenta con la participación de numerosos expertos en el tema, aportando su opinión y experiencia desde diferentes puntos de vista.
En mi caso, ha sido un honor colaborando respondiendo a las preguntas que me han realizado para una entrevista y que la podéis leer por completa en las páginas 26 al 29 aquí con el resto del monográfico.
A continuación, os dejo el texto completo de la entrevista y, en imágenes, las cuatro páginas del monográfico con la publicación de la entrevista. Espero que os guste.
Tenéis todos los detalles del monográfica en la página de Hisparob aquí:
https://robotica-educativa.hisparob.es/lanzamos-el-monografico-robotica-y-curriculum/#more-4123
En la edición 2021 de la Semana Europea de la Robótica en la que la pandemia de la covid-19 ha acelerado aspectos asociados a la tecnología, la robótica y a la inteligencia artificial en la vida de cada familia y de la sociedad global, queremos aportar perspectivas y reflexiones al debate curricular y de “pugna entre asignaturas” que está ocupando la agenda política y mediática.
Entrevista al Dr. Jordi Ojeda Rodríguez, profesor de la Universidad de Barcelona.
1.- ¿Qué recuerdo tienes de tu etapa de enseñanza obligatoria en el colegio y en el instituto en relación a la tecnología, en general, y a la robótica, en particular?
Del colegio no tengo ningún recuerdo en ese sentido, la verdad. A esa edad sí que recuerdo las lecturas, de novelas y, en especial, de cómics, de todo tipo de cómics que tenían mis hermanos mayores en casa. Algunas de esas lecturas las recuerdo todavía y, sin duda, me ayudaron a forjar el carácter en todos los sentidos, además de ampliar mis conocimientos y mi cultura general. ¿Se puede aprender historia o geografía leyendo a Tintín o a Astérix? Yo creo que sí, y soy un buen ejemplo, y no solo de eso, puedes desarrollar también valores y potenciar tu espíritu crítico.
En cambio, de la época del instituto destaco dos factores fundamentales: a los profesores y a las bibliotecas, y lo digo en plural. Tuve profesores brillantes que me hicieron que me apasionara por la física, la biología, las matemáticas, la historia, la literatura, la filosofía o la música. En especial, tengo un especial recuerdo del profesor de física que no solo nos enseñaba la teoría, sino que la mostraba en clase y nos hacía partícipes de los experimentos. Sin yo saberlo, estaba participando de un estilo pedagógico donde aprendía mientras hacíamos. Además, el profesor de física supo que las clases se me quedaban cortas y me ayudó a tener una formación paralela a mis compañeros que iba más allá del temario del curso que me tocaba, lo que contribuyó a que escogiera estudios de ingeniería posteriormente.
A los catorce años también descubrí las bibliotecas, primero la del instituto, luego las del barrio, luego las de la ciudad (de Barcelona, que son unas cuantas). Me iba de “caza” de libros y de autores, sin saber lo que buscaba porque no tenía información en aquella época. A veces, a partir de la solapa de un libro tenía la pista para saber de otros títulos o de otros autores y se convertía en un objetivo para buscar y leer. Especialmente recuerdo el impacto que me supuso descubrir a Isaac Asimov, no solo por sus relatos cortos y novelas, sino también por su gran cantidad de libros de divulgación científica, redactados con un estilo atractivo que hacía que me interesara leer sobre dinosaurios, sobre el universo o sobre Shakespeare, el tema no importaba. Fue muy inspirador para mí, en todos los sentidos... y comprendí la importancia de la divulgación de la ciencia.
2.- A partir de tu experiencia como profesor universitario, investigador y divulgador, autor del libro Robots de cine (2019) sobre la historia de la robótica y la inteligencia artificial en la ficción, ¿de qué manera recomendarías que en los currículos de los colegios e institutos se tratara la robótica?
La tecnología, en general, y la robótica, en particular, se deberían considerar como instrumentos pedagógicos al alcance de todo el profesorado, independientemente de la materia impartida. Es por ello que es imprescindible mejorar las habilidades y competencias del equipo docente para que pueda hacer un uso que contribuya a captar la atención del alumnado a partir de la emoción. Recuerdo que alguien me recalcaba que no era lo mismo calcular la hipotenusa de un triángulo con una tiza en la pizarra que con un dron volando en el patio… y tenía razón, ya me hubiera gustado a mí aprender de esa manera en su momento.
En estos instantes estamos inmersos en una transición hacia una cuarta revolución industrial, impulsada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, que está provocando un cambio en la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios. A diferencia de las anteriores revoluciones industriales, la también conocida como Industria 4.0 conlleva, además, un cambio realizado a una gran velocidad como consecuencia del uso combinado de la robótica, la inteligencia artificial, la nanotecnología, la biogenética, la ciencia de los materiales y la fabricación por adición. El tiempo de llegada al mercado de las innovaciones cada vez es más corto, y exige a los ciudadanos un esfuerzo de adaptación y de capacitación importante, tanto por la irrupción de nuevos lugares de trabajo y la adaptación de los ya existentes como por los cambios a nivel personal y social que pueden comportar. Y las escuelas no pueden ser ajenas a estos cambios, necesitamos a profesionales capaces de preparar a sus estudiantes a adaptarse a los cambios del entorno, con espíritu crítico y respetuoso, y con la habilidad de adquirir las competencias que se exijan en un futuro inmediato.
En ese sentido, la robótica es una tecnología que permite potenciar habilidades STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts & Mathematics, en castellano, Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), una destreza fundamental en nuestra sociedad. Hay evidencias que la robótica desarrolla el pensamiento matemático o computacional, que ayuda a aumentar la capacidad de abstracción ante problemas con un umbral de complejidad alto, y que desarrolla una pericia adecuada para la programación secuencial, que le será de gran utilidad hoy en día. Todo ello, aumentando los conocimientos, habilidades y competencias a través de acciones que fomentan aspectos emocionales y motivacionales que favorecen la atención y el interés del estudiante, y que se puede realizar desde muy temprana edad.
3.-En 1997 comenzaste un proyecto de divulgación de la ciencia y la técnica empleando los cómics, la literatura de ciencia ficción y el cine fantástico como instrumento pedagógico. A partir de esta experiencia prolífica y dilatada en el tiempo, ¿crees que hay un cambio de tendencia en los últimos años en los medios de comunicación o en eventos acerca de aspectos inclusivos de género o de diversidad funcional o cognitiva de diversa índole? En cualquier caso, ¿podrías darnos algunas ideas a implementar que podrían ayudar a una transformación social en la que la mujer y las personas con diversidad funcional o cognitiva pudieran colaborar y aportar perspectivas para resolver los retos que la sociedad tiene que intentar resolver?
Bueno, la pregunta abarca varios temas. Primero de todo, la divulgación científica a nivel popular (no me refiero a la publicación en revistas especializadas), no solo no está reconocida, sino que está penalizada. Cuando mostré mi libro de Robots de cine (2019) a un catedrático de mi universidad, en lugar de felicitarme me dijo todo lo contrario, que el tiempo que había dedicado a ese trabajo no lo había dedicado a publicar en revistas científicas que es lo único que me valoran, a pesar de las numerosas exposiciones, conferencias, entrevistas y visitas escolares que he realizado en los últimos años sobre este tema y que seguro ha tenido un impacto en miles de personas. Sencillamente, no les interesa, ni a la universidad ni a los gobiernos que marcan las condiciones de evaluación, instaurados en una mentalidad muy retrógrada. Si queremos que los jóvenes escojan nuestra carrera deberemos convencerlos de ello, acercándonos y hablándoles de tú a tú, no desde la poltrona de la silla del despacho.
Los medios de comunicación generalistas tienen gran culpa de la calidad de este tipo de divulgación, que prácticamente ha quedado desterrada de los medios generalistas. Las catástrofes que tienen una base científica en su explicación fomentan la visibilidad de los expertos (el caso de la pandemia del 2020 es un ejemplo en ese sentido), expertos que deben de lidiar con los presentadores como pueden para mantener un discurso riguroso y pedagógico sin caer en el espectáculo bochornoso al que nos tienen acostumbrados los opinadores profesionales.
Estos medios contribuyen a la generación de un estado de opinión, de fomentar un comportamiento en sociedad y de creación de valores, que pueden potenciar prejuicios y estados de opinión que normalicen posturas abusivas o discriminatorias. Hace pocos días escuchaba a un periodista de la sección de deportes de un noticiario de una cadena nacional que exclamaba que había aumentado el interés por el fútbol femenino en los últimos tiempos, sin pararse a pensar que, en realidad, ellos eran los responsables de la invisibilidad que se le había dado durante años. En la reciente Olimpiada Paralímpica ha sido difícil de seguir las pruebas y casi imposible de ver en las noticias en esos espacios generalistas, o al menos en la misma intensidad que la olimpiada celebrada pocas semanas antes.
4.- Respecto de la sostenibilidad del planeta y el cambio climático, ¿cómo crees que deberían formar parte del currículum escolar formal e informal y su posible relación con la tecnología y la robótica?
Visto lo visto, más que hablar de la necesidad de formación en temas de sostenibilidad y de cambio climático en la formación formal deberíamos hablar de las necesidades en la sociedad, en general, y en los políticos, en particular. Es evidente que los intereses económicos pesan, que cada vez resulta casi imposible tomar decisiones difíciles que impliquen cambios sustanciales a corto plazo y que existen negacionistas de todo tipo, incluidos los que solo ven el enriquecimiento económico particular.
La tecnología debe ser utilizada para frenar el cambio climático y construir una economía sostenible en una sociedad que base su paradigma en la ciencia como motor de desarrollo, de paz y de igualdad… eso lo pienso desde que vi el primer episodio de la saga Star Trek, y ya llevo unas cuantas series y películas de la saga certificando la valía de dicha afirmación. Esos valores deben de inculcarse desde la infancia, potenciando el análisis crítico, la inquietud intelectual y el razonamiento científico, lo que, sin duda, contribuiría a una sociedad más justa y equitativa, resolutiva con los problemas reales a los que debemos de enfrentarnos.
5.- Para terminar, te invitamos a que “sueñes” sobre lo que sería importante abordar en el currículum obligatorio de nuestro país para que, como sociedad, seamos capaces de afrontar los retos de incertidumbres que habrá que gestionar a corto y medio plazo, y que sin ciencia e investigación difícilmente podrán ser abordados.
En los últimos años me está preocupando muchísimo la acepción de unos valores colectivos que asumimos como normales y no lo son en absoluto. Creo que se ha banalizado el respeto, la educación o la importancia de la cultura, y que aceptamos con resignación la corrupción, la violencia o la intolerancia, cuando no debería de ser así. Me preocupa el reconocimiento de la mediocridad en unos políticos que no están a la altura en absoluto en ningún sentido, ni como gestores, ni como oposición, ni como líderes. Me preocupa la sensación de impunidad con la que parece que actúen algunos, muchas veces convertida en realidad y no solo en percepción de injusticia o corrupción. Y me preocupa la deriva de los medios de comunicación, privados y públicos, que no creo que estén contribuyendo a avanzar, más bien al contrario (recuerdo las ruedas de prensa diaria que vivimos durante la pandemia, en las que daba vergüenza ajena escuchar las preguntas de la mayoría de los periodistas, una sensación que se repite en numerosas ocasiones y no solo en esos instantes).
Creo que desde la escuela, y teniendo en cuenta la sociedad actual, se debería formar en valores, potenciando el respeto a la diversidad, fomentando la inclusión y la igualdad de oportunidades, desarrollando el pensamiento crítico y la atracción por la cultura en todas sus expresiones. En la escuela o en la universidad no es oro todo lo que reluce, debemos mejorar las condiciones de trabajo, evitar la endogamia cuando no el nepotismo directamente, y situar la ciencia y la tecnología como palancas impulsoras en la formación de las personas, que seguro serán más difíciles de manipular, impulsando, en definitiva, la responsabilidad social en toda su extensión. ¿Os imagináis a científicos tomando las decisiones en nuestra sociedad? Yo sí.
Minicurrículum de presentación:
Jordi Ojeda Rodríguez (Barcelona, 1966) es doctor ingeniero industrial con un máster en producción automatizada y robótica por la Universidad Politécnica de Cataluña. Actualmente es profesor del Departamento de Empresa de la Universidad de Barcelona.
En el ámbito científico y académico ha desarrollado su carrera en la especialidad de organización industrial, la automatización de procesos, la dirección de operaciones y la gestión de proyectos innovadores.
Desde 1997 dirige un proyecto de divulgación de la ciencia y la tecnología utilizando como instrumento pedagógico los cómics, la literatura de ciencia ficción y el cine fantástico, con el doble objetivo de fomentar vocaciones científicas y tecnológicas entre los jóvenes y, al mismo tiempo, acercar la ciencia y la tecnología a la sociedad en general, todo ello fomentando el hábito de la lectura y la mirada crítica de la cultura.
Ha realizado numerosas exposiciones, conferencias, artículos y publicaciones relacionadas con la divulgación. Es autor del libro «Robots de Cine. De María a Alita» publicado por Diábolo Ediciones en 2019, un análisis de la representación del ser artificial en la ficción a lo largo de la historia.
Nota: Foto copyright de Guillem Medina, realizada en la empresa Pal Robotics S.L.
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